Comprar plaguicidas de uso agrícola adulterados y de contrabando perjudica económicamente a los agricultores al no combatir con efectividad las diferentes plagas y enfermedades que sufren sus cultivos debido a que no han sido evaluados por las autoridades nacionales competentes, a la par que podrían ocasionar daños a la salud humana, animal y al ambiente.
Así lo alertó la Dra. Mirna Zuzunaga, directora ejecutiva de CultiVida, al advertir que el contrabando y la adulteración de plaguicidas de uso agrícola involucra entre US$ 23 y US$ 34 millones de dólares; de los US$ 230 millones de dólares por año que mueve el negocio de plaguicidas en el Perú.
Zuzunaga, refiere que, los esfuerzos realizados por las autoridades judiciales, del ministerio público, policía nacional y del poder ejecutivo resultan insuficientes debido a las diferentes modalidades empleadas.
“La lucha exitosa contra el comercio ilegal de plaguicidas de uso agrícola exige la colaboración de las autoridades, la cadena de distribución, los agricultores, las partes interesadas y la industria”, señaló Zuzunaga.
Por tanto, dijo, el primer perjuicio que ocasiona la adulteración y el contrabando a nuestro país es la pérdida económica de los agricultores; el segundo perjuicio se da a la cadena de distribuidores que venden plaguicidas registrados y los venden bajo buenas prácticas de comercio; y finalmente, el perjuicio a la agricultura, porque los agricultores al adquirir productos falsificados y de contrabando, no tienen la garantía de que estos funcionen adecuadamente, poniendo en riesgo tanto sus cosechas como la salud de las personas, de los animales y el ambiente.
Zuzunaga, pidió a los agricultores que no se dejen embaucar y que compren sus productos en distribuidores autorizados por SENASA, con su respectivo registro y en envase original.