
Las batallas que libra la uva de mesa peruana en los mercados internacionales son muy difíciles ahora. Ya no existen las ventanas comerciales de que gozaba en el pasado y el necesario recambio varietal ha traído más complejidad a las operaciones lo que obliga a dar la pelea “en el campo de la eficiencia”.
Así resume Rafael Ibarguren, gerente general de Agrícola Don Ricardo, los desafíos que enfrenta la industria de la uva de mesa peruana, en entrevista que concedió a la Revista Visión Fruticola.
En reportaje titulado “Esta batalla se libra en el campo de la eficiencia”, Rafael Ibarguren, da detalles de los difíciles caminos por los que transita esta industria, tras haber dado a conocer antes el paso generacional, los perjuicios provocados por la dictadura de Velasco y el renacimiento de la fe en el desierto de Ica da luces. Una historia llena de luchas en varios frentes y de la cual no muchos peruanos tienen idea.
El nacimiento y consolidación de la Agrícola Don Ricardo comienza en 1995 cuando se hace socio con su amigo el empresario minero Ricardo Briceño, a quien se debe el nombre de la empresa. “Buscaba algo “más tranquilo” para la siguiente etapa de su vida…puedo decir que, en palabras de él, se equivocó, mira donde estamos hoy. Es un hombre extraordinario que posee una enorme sensibilidad humana, con aptitudes notables para el manejo empresarial, y para mi representa un orgullo tenerlo a mi lado como amigo y como socio”.
Agrícola Don Ricardo no deja de crecer de manera orgánica, señala el medio chileno, y hoy en plena pandemia está terminando el plan de recambio varietal en sus 1.000 hectáreas de uva de mesa. La idea es tener variedades licenciadas sacando las menos atractivas para el mercado. Desde luego esto va en paralelo a una transformación digital con objetivo eficiencia.
La empresa ya trabaja con al menos 20 países y 60 clientes con fruta que va directo a supermercados de China, Corea del Sur, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá.
Leer I parte La asombrosa historia de “Agrícola Don Ricardo” presentada al público chileno (parte I)
La industria hoy
Señala que Chile fue un modelo para Perú, especialmente en el cultivo de la uva de mesa, pero tras muchos ensayos y errores, Perú logró su forma de producir ya que imitar exactamente lo que hacía la industria chilena pasó una factura muy grande.
“Pienso que los primeros 10 años fueron muy duros para nuestra industria. Uno de los principales errores fue plantar pensando que la filoxera era manejable, craso y costoso error. Llegamos a fines de los 90’s con campos de muy mala calidad, totalmente infestados en su sistema radicular. Tuvimos que reinventar todo lo referente a portainjertos y partir desde cero. Fue largo el camino hasta hoy, que tenemos algo más de conocimiento en el manejo de estos, sus requerimientos de agua, así como sus tasas de absorción de nutrientes, épocas de flashes radiculares, comportamiento con uvas de color, entre otros”.
¿Cuál es el reto al interior de la empresa para satisfacer lo que busca el retail? Pregunta la revista. La respuesta es sostenibilidad traducida en la “excelente relación con nuestros trabajadores, así como con nuestras comunidades de las zonas de influencia”. La entrevista fue hecha en momentos en que el país enfrentaba graves manifestaciones contra la agroexportación precisamente en Ica, zona de producción de la uva.
Otro de los retos en paralelo, dice, es mantener en su cartera de clientes a los mejores supermercados del mundo.
Asimismo, señaló como un gran reto el de mejorar el manejo post cosecha de las nuevas variedades, ya que al estar tan lejos de los mercados, en algunos casos hasta con 40 días de tránsito, obliga a tener una súper atención a todo lo que puede afectar la vida post cosecha.
El retail busca que lo que entreguemos en el anaquel se vea lo más fresco posible, y ahí tenemos un nuevo reto; un segundo punto es la confiabilidad, es decir, que cumplamos nuestros acuerdo y tiempos de entrega, información a tiempo y calidad de información. Hoy, por ejemplo, nuestros sistemas de control de calidad son en tiempo real, por ello una vez que embarcamos un contenedor, nuestros clientes tienen la posibilidad de ver online los QCs de su fruta, con una información completa incluyendo fotografías de lo que estamos enviando.
La gran brecha para entrar en el mercado mundial, recuerda, fueron los Tratados de Libre Comercio con diversos países. “Hoy contamos con una reputación y un nombre que siempre es difícil de mantener, más aún con el ingreso de nuevas empresas en el mercado, las que tienen que interiorizar que la uva, o cualquier fruto, se ve como procedencia de un país y no de un productor específico”.
Sin embargo señala otro reto: “fortalecer nuestro gremio para ayudar a que brindemos un producto de alta calidad como estándar de país”.
“Otro desafío grande es consolidar nuestra industria, darle proyección de desarrollo continuo y crecimiento sostenible en el tiempo. Aún la industria es joven en términos de tiempo”.
Para el empresario Perú aún una industria de materiales de empaque desarrollada acorde con el crecimiento, “nuestra infraestructura vial aún es muy pobre, de igual manera estamos en desarrollo de los futuros puertos que den más fluidez y eficiencia a nuestros embarques, aún nuestros costos fijos están muy por encima de nuestros países competidores y es un gran punto en el que estamos en desventaja como país”.
¿El recambio varietal de la uva de mesa ha traído consecuencias?
Aparentemente sí, más complejidad a la operación. “En muchos casos tenemos que usar materiales específicos para cada variedad con la complejidad de la operación logística y, de almacenes y sobre stocks que eso genera”.
No obstante vuelve los ojos al campo. “La mayor complejidad es partir de cero en el manejo agronómico, cada una es un mundo diferente y lamentablemente no hay recetas, no se comportan en iguales condiciones entre valles o zonas productoras del mundo, es por ello que tardamos algunos años en encontrar el manejo ideal para cada variedad”.
En sus palabras se siente la presión del mercado, la exigencia de los retailers, un mundo difícil, donde el cliente manda y hay que cumplir. Señala que estos demandan ampliar la gama de variedades en el largo de la temporada. Tratar de darles un abanico de variedades que cumplan con sus requerimientos , es muy complejo y difícil, confiesa.
Mientras esto pasa hay otro fenómeno que pocos consideran en Perú. Las ventanas cada vez son más estrechas en los mercados y los sobre stock que se han producido en el último tiempo configura un escenario de permanente “batalla” comercial…
Se acabaron las ventanas de uva a nivel mundial, dice Ibarguren en la entrevista. El Perú empezó en la década de los 90’s tomando una ventana de mercado muy atractiva en Inglaterra y Europa, llegando a estos mercados para Navidad y Año Nuevo, arribando a estos mercados como la primera fruta del hemisferio sur.
“Lindos tiempos pero ya no existen. Para colmo ahora hay producciones tardías de España e Italia hasta californianas, producto de los nuevos desarrollos genéticos, cosa grave pues la mayor parte de las nuevas variedades exitosas son tardías”, apunta.
“Este fenómeno se ha producido también en la pequeña ventana que existía cuando acaba el hemisferio sur, de manera que hoy tenemos uva de alta calidad en todos los mercados mundiales los 12 meses del año y a precios normales”, dijo.
La única manera de ganar en esta batalla es en el campo de la eficiencia, producción de fruta de alta calidad y, por supuesto, a los menores costos. Por lo tanto, cobra muchísima fuerza el estar preparados para lo que viene.
Con información de Visión Fruticola, Autora Marcela Venegas Fotografías: Josip Curich
Mañana tercera parte
2 thoughts on “Rafael Ibarguren: Las batallas de la uva de mesa peruana se libran en el campo de la eficiencia”
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